jueves, 28 de mayo de 2009

domingo, 24 de mayo de 2009

viernes, 8 de mayo de 2009

Madrid, corazón del mundo taurino.


Alberto Ruiz Gallardón en ABC.

Hay acontecimientos que, por incierta que sea la situación, tienen el valor de recordarnos quiénes y cómo somos. En el caso de Madrid, las Fiestas de San Isidro son uno de ellos. La celebración del Patrón de la ciudad, nuestro Santo Patrón, es momento para rendir homenaje a nuestros orígenes, los mismos que hoy nos definen como una sociedad despierta, abierta y emprendedora. Porque si Madrid ha sido, es y será un ejemplo de superación es gracias a sus ciudadanos que, al igual que lo fue ese humilde labrador, conservan intacta su claridad y su tesón. Por tanto, es recomendable que aprovechemos este 15 de mayo como una ocasión para que los madrileños renovemos esa fidelidad a nuestra forma de ser, y redescubramos la ciudad en que convivimos: ese Madrid que cada día pasa ante nuestros ojos y que nunca se detiene. Un Madrid en el que nadie resulta extraño, que acoge acentos de todas las nacionalidades y que se presenta como un tapiz lleno de matices tejidos con las aportaciones de todos sus ciudadanos.
Es ese carácter de los ciudadanos el que convierte a Madrid en una ciudad de infinitas posibilidades, como desfiladero y tribuna de intelectuales, como espacio de inspiración para los creadores, escenario de los mejores artistas y semillero de las más diversas iniciativas. Esa pluralidad sin límites, que hace de Madrid una ciudad singular, también está presente a la hora de celebrar San Isidro. Sin duda, una de las más seductoras es aprovechar la condición de Madrid como cuna del buen toreo, acudiendo a esa cita que, año tras año, nos convierte en la capital mundial de la tauromaquia: la feria de toros de Las Ventas. El ruedo de la plaza madrileña, gracias a su poder de convocatoria, es el epicentro del universo taurino. Estos días pasarán por la arena de Las Ventas aquellos toreros que, además del arrojo necesario para enfrentarse a los toros de las mejores ganaderías, no temen someterse al juicio del público madrileño, caracterizado por ser tan exigente como generoso. Ese ha sido el caso de Curro Romero, del que ahora se cumplen los 50 años de la confirmación de su alternativa en el coso madrileño, cuyas tardes en la feria nunca dejaron indiferentes a quienes las presenciaron.
Esa trascendencia de lo taurino en la capital de España se siente en numerosos aspectos, siendo un patrimonio que, precisamente, avala nuestra diversidad. De ahí que Madrid manifieste de múltiples maneras esa importancia de los toros en la vida de la ciudad. Junto a calles, plazas y monumentos dedicados a toreros, anualmente, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid conceden los premios taurinos de la Feria de San Isidro, que este 15 de mayo se entregarán a los triunfadores de la pasada edición: el novillero Miguel Tendero, el torero Manuel Jesús «El Cid», la ganadería de Peñajara, y un toro de la divisa de Hijos de Celestino Cuadri. Pero este año hemos querido elevar el nivel de ese reconocimiento, haciendo entrega de la Medalla de Oro de Madrid a José Tomás, como muestra de una ciudad agradecida al mundo taurino, del que recibe su arte y al que ofrece su incondicional afición. Una prueba más de esa vinculación que, en contra de lo que algunos predijeron, el tiempo no hace más que reforzar.